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De golpe todos aparecieron con las armas en estado de putrefacción, tendidos en el suelo de una mazmorra. Estaban perturbados de algún u otro modo. Igual estaban drogados o habían sido fuertemente golpeados. De golpe se escuchó un estruendo y miraron al techo, en donde la figura de un ser terrible se miraba de hacer paso entre las piedras. Estaban encerrados y había el cuerpo inerte de el brujo Rhudaur. Se dieron cuenta que era parte de un intento frustrado de que Shub-Niggurath los devorara. Pero... ¿Como pudieron llegar allí? ¿Habían sido víctimas de algún tipo de traición?. Sea como sea, todos los líderes, con el restablecimiento parcial de sus habilidades del pasado intentaron encontrar la manera de salir. Pero aun no estaban familiarizados con sus nuevas habilidades y las diferencias entre ellos aun no les permitían trabajar en equipo. Myrddin apareció y realizó una potente magia que cegó momentaneamente a Shub-Niggurath y permitió a todos salir por un portal mágico.
Se dieron cuenta de una cosa muy importante: Todos eran ineludiblemente necesarios. Se necesitaban los unos a los otros y ya no tenia sentido ningún tipo de rencilla anterior. Si querían partir rumbo al Templo de la Oscuridad con el objetivo de matar a Phanpharron, deberían combatir juntos uniendo sus potenciales.
La Historia continua en el capítulo "La Reconquista".
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